¡Buenos días/tardes/noches! ¿Cómo están? Hoy les traigo una entrada en la que he reflexionado mucho: ¿en qué se diferencia nuestra vida de la de una ficticia? Todos hemos leído, o visto en la televisión, alguna historia cliché en la que ocurren siempre los mismos hechos ¡hasta es previsible! Entonces pensamos en lo ridículos que son los personajes y entran ganas de sacudirlos y golpearlos. Hace unos días ocurrió algo. Una amiga nos contó a mí y a unas amigas un problema con un chico, os aseguro que solo me faltaban las palomitas para ver cómo acaba todo el asunto. Entonces aquella escena me recordó a las que la protagonista pide consejo a sus amigas y al final hace lo que le da la gana, acaba metiéndose en líos pero siempre acaba triunfando el amor. La cosa es que les dije lo que pensé, que aquella escena siempre aparece en los libros y que de nada sirve un consejo cuando ella haría lo que le viniese en gana (igualmente la aconsejamos, como buenas y dulces amigas que somos, sobre t...