¡Buenos días/tardes/noches! ¿Cómo estáis?
Hoy os traigo un relato inspirado en la canción Hay algo en mí de Miriam Rodríguez, finalista del concurso Operación Triunfo.
No puedo más. No sé quién soy ni a donde me dirijo, no sé cuál será mi futuro, qué será de mí. ¿Qué he hecho para merecer esto? ¿Mi comida es muy sosa o salada? ¿Dejo alguna arruga sin darme cuenta tras planchar la ropa? ¿No soy buena en la cama? ¿Le agobio? Quizás es por aquella vez que fui de fiesta con mis amigas y me puse el vestido que le gusta que use solo para él.
Siento que se lo debo, que hice algo mal y que ahora me toca pagar. Soy su muñeca de trapo, con la que juega y a la que cuida, pero que a veces arroja a algún lado por la ira. No me considero una chica maltratada por su novio, él no me pega porque sí «es como a los niños, algunos padres les da un pequeño escarmiento para reconducirlos y hagan las cosas bien» dice siempre.
Mis padres y amigos me han dicho lo mal que me hace seguir con él, que tengo un futuro brillante que no debo desperdiciar, uno que él no debe manejar. A veces me siento sola, porque nadie entiende que lo hace por mí y que es el único chico que me querrá. Aunque a veces, debo admitir que las dudas se hacen presente por las palabras de mis seres queridos.
Miro el teléfono, quiero informarme sobre la violencia de género, así les abro los ojos a mis familiares sobre cómo ésto no es tan grave; pero me sorprendo. Me sorprendo al escuchar aquella voz diciéndome que todo irá a peor, que debo huir, que el amor no se trata de aquello. Quizás fue por escuchar las experiencias que dice que no pudieron hacer más por ayudar, pues las chicas estaban consternadas o los hombres simplemente iban a por ellas.
Medito la idea, hablo con mis padres, quienes dicen que ya me compraron un boleto de avión para ir a vivir con mi abuelo, quien me espera con los brazos abiertos en Galicia. Hago mi maleta con rapidez, dejo una nota en la mesa junto a las llaves de la casa. Salgo y me dirijo al aeropuerto.
Me siento libre, por primera vez en mi vida estoy haciendo lo que quiero. No escucho las voces de Eduardo resonando en mi cabeza, con las malas decisiones que tomo, con mis estupideces y lo mal que hago siempre al tomar decisiones sin su opinión.
En la televisión del aeropuerto, aparece una chica junto a una canción que me deja consternada. Me siento identificada, siento que es mi canción, la canción de mi vida. Una canción que me define y me hace abrir los ojos. Me he fallado y, no solo a mi, sino a mi familia y amigos. Fallé a todos por un chico, un chico que me maltrataba. Suena tan mal, tan espeluznante....
Solo espero que todo pase, que no me busque, que me deje tranquila. En la nota se lo dejé bien claro, no quiero saber más de él, todo se acabó.
Hoy os traigo un relato inspirado en la canción Hay algo en mí de Miriam Rodríguez, finalista del concurso Operación Triunfo.
No puedo más. No sé quién soy ni a donde me dirijo, no sé cuál será mi futuro, qué será de mí. ¿Qué he hecho para merecer esto? ¿Mi comida es muy sosa o salada? ¿Dejo alguna arruga sin darme cuenta tras planchar la ropa? ¿No soy buena en la cama? ¿Le agobio? Quizás es por aquella vez que fui de fiesta con mis amigas y me puse el vestido que le gusta que use solo para él.
Siento que se lo debo, que hice algo mal y que ahora me toca pagar. Soy su muñeca de trapo, con la que juega y a la que cuida, pero que a veces arroja a algún lado por la ira. No me considero una chica maltratada por su novio, él no me pega porque sí «es como a los niños, algunos padres les da un pequeño escarmiento para reconducirlos y hagan las cosas bien» dice siempre.
Mis padres y amigos me han dicho lo mal que me hace seguir con él, que tengo un futuro brillante que no debo desperdiciar, uno que él no debe manejar. A veces me siento sola, porque nadie entiende que lo hace por mí y que es el único chico que me querrá. Aunque a veces, debo admitir que las dudas se hacen presente por las palabras de mis seres queridos.
Miro el teléfono, quiero informarme sobre la violencia de género, así les abro los ojos a mis familiares sobre cómo ésto no es tan grave; pero me sorprendo. Me sorprendo al escuchar aquella voz diciéndome que todo irá a peor, que debo huir, que el amor no se trata de aquello. Quizás fue por escuchar las experiencias que dice que no pudieron hacer más por ayudar, pues las chicas estaban consternadas o los hombres simplemente iban a por ellas.
Medito la idea, hablo con mis padres, quienes dicen que ya me compraron un boleto de avión para ir a vivir con mi abuelo, quien me espera con los brazos abiertos en Galicia. Hago mi maleta con rapidez, dejo una nota en la mesa junto a las llaves de la casa. Salgo y me dirijo al aeropuerto.
Me siento libre, por primera vez en mi vida estoy haciendo lo que quiero. No escucho las voces de Eduardo resonando en mi cabeza, con las malas decisiones que tomo, con mis estupideces y lo mal que hago siempre al tomar decisiones sin su opinión.
En la televisión del aeropuerto, aparece una chica junto a una canción que me deja consternada. Me siento identificada, siento que es mi canción, la canción de mi vida. Una canción que me define y me hace abrir los ojos. Me he fallado y, no solo a mi, sino a mi familia y amigos. Fallé a todos por un chico, un chico que me maltrataba. Suena tan mal, tan espeluznante....
Solo espero que todo pase, que no me busque, que me deje tranquila. En la nota se lo dejé bien claro, no quiero saber más de él, todo se acabó.
Hoy me voy a escapar de todos mis recuerdos
Son sólo cicatrices, ya no duelen más
Sé que no hay sólo gris en esta oscuridad
No me voy a rendir, yo volveré a brillar
Yo volveré a brillar
Son sólo cicatrices, ya no duelen más
Sé que no hay sólo gris en esta oscuridad
No me voy a rendir, yo volveré a brillar
Yo volveré a brillar
Y hasta aquí llegó el relato. ¿Qué os ha parecido? ¿Habíais escuchado antes la canción? ¿Conocíais a Miriam?
Me gustaría saber vuestra opinión, podéis dejarla en los comentarios.
Si os gusta el blog, no duden en darle al botón de "Seguir"
¡Hasta la próxima!
Besos, I.
Comentarios
Publicar un comentario